jueves, 19 de febrero de 2015

La parroquia de Zahara de la Sierra recibe restaurada la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, bendita y en besapiés el 1 de marzo

El autor de esta restauración, el imaginero Jesús Gallardo, ofrecerá una conferencia en la que, el lunes 23 de febrero, explicará el proceso seguido en estos trabajos

Jerez, 19 de febrero de 2015.-
El próximo lunes 23 de marzo, a las 16.45 h. en el hostal Marqués de Zahara en la población de Zahara de la Sierra, el escultor ursaonense Jesús Gallardo Gordillo dará una conferencia sobre el proceso seguido en la restauración de la talla del siglo XVIII de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Esta escultura será bendecida y puesta en ceremonia de besapiés de los devotos zahareños el domingo 1 de marzo.

La imagen del Nazareno se encontraba en un lamentable estado de conservación corriendo riesgos especialmente durante su procesión de la Semana Santa. El párroco José Arjona Gil solicitó autorización al Obispado para su restauración tras presentar el estudio realizado por Jesús Gallardo. El tallista sevillano Francisco Bailac ha trabajado la realización del cuerpo del Nazareno. Tomó plantillas de la inclinación de la imagen y de las medidas correspondientes, para mantener la postura y las dimensiones originales: 160 x 58,5 x 63 cm.

La imagen de Nuestro Padre Jesús presenta unos rasgos estilísticos muy concretos que lo hacen partícipe de la producción imaginera andaluza de la llamada escuela oriental (Granada y Málaga). Asimismo, es encuadrable en el barroco del siglo XVIII por el tratamiento de los volúmenes. A falta de documentación que acredite su autoría, se puede encuadrar, por comparación con otras obras, en el círculo malagueño del siglo XVIII, pudiéndose encuadrar en el de los Asencio de la Cerda.

Para esta atribución se valen del parecido estilístico y morfológico que comparte Nuestro Padre Jesús con el Cristo de la Vera Cruz, también de la Parroquia de Zahara, que a su vez, comparte el modelo del Cristo Enclavado de Benaocaz, de Antonio Asencio de la Cerda en 1766. Estas dos últimas esculturas tienen en común el tratamiento anatómico, la forma de resolver el cabello y sudario, la mirada tan característica, las facciones angulares del rostro y la severa policromía.