sábado, 19 de julio de 2008

MONSEÑOR DEL RÍO SEÑALÓ, EN UNA CATEQUESIS A LOS JÓVENES REUNIDOS EN EL ROCÍO, EL SENTIDO DEL COMPROMISO CRISTIANO

Los participantes en el Encuentro Disur-Rocío 2008 se preparan para la vigilia que, este próxima madrugada los pondrá en contacto con el mensaje del Papa en Sydney

El Encuentro de Jóvenes Disur-Rocío 2008 desarrolla sus últimas horas entre el conocimiento de la realidad carismática en la que se asienta la diversidad formal de la Iglesia, por medio de un acto denominado Explosión de Carismas y la bienhumorada distensión en talleres, muy agradecidos por los jóvenes, como los de bailes latinos o risoterapia. Así se desarrolla la jornada de hoy sábado que, permanentemente, tiene la mirada puesta en la vigilia que, durante la próxima madrugada, pondrá en contacto a los jóvenes concentrados en El Rocío con la homilía de Su Santidad el Papa Benedicto XVI en la misa de clausura de las Jornadas Mundiales de la Juventud en la ciudad australiana de Sydney.

Y el compromiso de los cristianos, señalado especialmente a los jóvenes en la Iglesia y en la sociedad, que preside el espíritu de la cita en la aldea almonteña, se ha convertido, en la tarde de ayer, en una catequesis ofrecida por monseñor Juan del Río Martín en la casa de la Hermandad del Rocío de Ayamonte, su pueblo natal. Tan brillante que fue interrumpido en un par de ocasiones con palmas de inequívoco compás jerezano, la intervención desplegada por el ya administrador apostólico de Asidonia-Jerez, tuvo la enjundia de un mensaje cabal así como el tono enérgico y positivo que los jóvenes agradecieron.

Arrancando con la Carta a Diogneto, escrito del año 134 con la actualidad de lo que que parece recién escrito para el papel de los cristianos inmersos en la sociedad actual, monseñor Del Río puso en marcha su batería de llamamientos a que nadie se arredre ante “el pensamiento único”, animó a que los jóvenes tomen la bandera de un compromiso que "no tiene nada que ver con el de los políticos o los sindicalistas". En ese empeño subrayó ciertas ideas de ese escrito del siglo II: “Lo que es el alma al cuerpo, eso son los cristianos en el mundo. El alma está esparcida por todos los miembros del cuerpo, y los cristianos lo están por todas las ciudades del mundo”.

Los jóvenes, con los diocesanos asidonenses reconocidos por la organización entre los más alegres y ruidosos de los cinco mil que ya hay en El Rocío, ya preparan el saco de dormir y la esterilla y se disponen a pasar la noche en el Paseo de la Marisma, junto al Santuario. Ante el escenario en el que vivieron, el jueves, la presentación del Encuentro y el concierto-festival o, el viernes, el final del Rosario de las Antorchas y un musical sobre la vida de Cristo, habrán disfrutado de las palabras del papa Benedicto XVI, llegadas desde las antípodas.