Monseñor José Mazuelos preside las celebraciones del Domingo de Resurrección
"Cristo ha resucitado y los débiles pueden gritar, con San Pablo, todo lo puedo en Aquél que me conforta; nada podrá apartarnos del amor de Dios, ni muerte ni altura no profundidad. Cristo ha resucitado y, por tanto, la soledad de la noche humana ha sido iluminada. Cristo ha resucitado y nos ha dado el poder de vencer la muerte, nos ha concedido la naturaleza divina. Ahora es posible el amor, ahora es posible en un mundo materialista construir la familia, amar para toda la vida, es posible la fidelidad y el perdón. Ahora la enfermedad, las dificultades y los avatares de la vida no pueden con nosotros. Por tanto, hermanos, dejémonos maravillar como Pedro con todas las acciones de Dios en nuestra vida y, sobre todo, por todas las obras de vida eterna que descubrimos en su Iglesia".
"Cristo ha resucitado y los débiles pueden gritar, con San Pablo, todo lo puedo en Aquél que me conforta; nada podrá apartarnos del amor de Dios, ni muerte ni altura no profundidad. Cristo ha resucitado y, por tanto, la soledad de la noche humana ha sido iluminada. Cristo ha resucitado y nos ha dado el poder de vencer la muerte, nos ha concedido la naturaleza divina. Ahora es posible el amor, ahora es posible en un mundo materialista construir la familia, amar para toda la vida, es posible la fidelidad y el perdón. Ahora la enfermedad, las dificultades y los avatares de la vida no pueden con nosotros. Por tanto, hermanos, dejémonos maravillar como Pedro con todas las acciones de Dios en nuestra vida y, sobre todo, por todas las obras de vida eterna que descubrimos en su Iglesia".

Hoy, Domingo de Resurrección, ha contado, por otra parte, con la solemnidad que, antecedida la Pontifical por la procesión organizada por la Hermandad de la Sagrada Resurrección, ha envuelto a toda una mañana de alegría pascual en la Catedral jerezana, como en parroquias y otros templos de toda la Diócesis. Atrás quedó el "esta es la noche..." cantada en el Pregón Pascual de la noche del Sábado Santo. Por delante resta una semana de la Octava de Pascua.
