Recientemente he leído unos
pensamientos de Lou Marinoff sobre su libro “Más
Platón y menos Prozac”, donde se abordan momentos importantes de la vida de
las personas. Tomando como base argumentos e inspiraciones de grandes filósofos.
Marinoff trata, entre otras cosas, de un mundo donde las buenas costumbres, los
códigos éticos y morales se están difuminando y donde estamos adentrándonos, si
no estamos ya de lleno, en una sociedad del desencanto, donde más que la razón
se utilizan los sentidos.
Es una sociedad ahora llamada New
Age donde una buena parte de las personas, están inmersas en una gran evasión
de principios y sujetas a una distracción masiva, en vez de recurrir a la
verdadera sabiduría. Cuantas distracciones políticas, televisivas,
publicitarias están invadiendo y haciendo una sociedad esclava y sumisa al
poder económico, político y mediático. El filósofo Platón decía utópicamente que
el poder debe estar regido por la sabiduría de personas cualificadas. “El
gobierno en poder de los sabios”. Haría mucha falta hoy día poner los
nuevos usos de esta filosofía antigua, dónde se llenan tantos platos a costa de
dejar otros vacíos.
Hago estas reflexiones con motivo
de la LIII
campaña de Manos Unidas, con el lema “LA SALUD DERECHO DE
TODOS ACTÚA”, donde se reclama uno de los objetivos del milenio de las
Naciones Unidas, cual es; la protección de la salud, combatiendo el VIH/Sida,
el paludismo o malaria, la tuberculosis y otras enfermedades olvidadas que son
especialmente virulentas y que están haciendo estragos entre los pueblos más
pobres.
Las cifras de las enfermedades en
estos países son aterradoras. En 2009 había más de 33 millones de personas
infectadas por el VIH, de las cuales, casi 23 millones vivían en el África
subsahariana, y el 60% eran mujeres. Se cifran en este mismo año 225 millones
de paludismo, que produjo cerca de un millón de muertes, sobre todo en África,
dónde cada 45 segundos muere un niño por esta causa.
Se da la circunstancia de que el
97 % de las muertes por enfermedades infecciosas tienen lugar en países pobres,
mientras la investigación farmacológica se centra en los problemas de los
países desarrollados. Haber convertido la salud en un negocio multimillonario
es un escándalo que tenemos que denunciar, ya se ha pedido varias veces a las
grandes farmacéuticas que rebajen los precios de los fármacos y garanticen a
todos el acceso a los medicamentos. La declaración Doha establece que la
propiedad intelectual no puede impedir la protección de la salud de los países
más pobres y reconoce su derecho a producir, exportar e importar genéricos, es
decir fármacos con principios activos protegidos por patentes, pero con un
coste de producción más bajo. Pero los países más ricos y las multinacionales
farmacéuticas incumplen este acuerdo.
Sabemos que muchas de estas
enfermedades se pueden prevenir o curar, sólo es cuestión de que los poderes
pertinentes cumplan con estos objetivos que se han marcado en defensa de unos
verdaderos principios humanos.
Quisiera acabar con dos
reflexiones; una de Tom Clancy: “Fija tus ojos hacia adelante en lo que puedas
hacer, no hacia atrás en lo que no puedes cambiar”. Benedicto XVI en otra,
nos dice: “Hoy la indiferencia caracteriza nuestra actitud ante lo que es
humano y lo que no lo es. Mientras los pobres del mundo siguen llamando a la
puerta, el mundo rico corre el riesgo de no escuchar ya esos golpes debido a
una conciencia incapaz de reconocer lo humano” (Caritas in Veritate. 75).
Ayúdanos a extender nuestras
manos para poder llenar tantos platos vacíos; aquí, gracias a la solidaridad de
todos, con más o menos necesidad, se van llenando; allí, en estos países
empobrecidos, ¡no!
Domingo Gutiérrez
Rodríguez
Manos Unidas – Jerez
Presidente - Delegado