Un sencillo acto celebrado a las plantas de la Santa Iglesia Catedral de San Salvador, ante sendos bronces en los que aparece el recordado Papa Juan Pablo II, ha acogido esta noche el homenaje de la esta Diócesis que erigiera hace casi treinta años quien acaba de ver reconocida su condición de venerable por su sucesor Benedicto XVI.
Monseñor José Mazuelos Pérez, actual obispo diocesano, ha presidido este tributo en el que, tras intervención de corte histórico del deán José Luis Repetto Betes y acompañado de los cánticos de la Coral de San Dionisio, ha centrado su intervención en el magisterio dejado por Juan Pablo II por medio de sus distintas encíclicas.
Así, y en el interior ya que la lluvia lo impidió ante el monumento que en su día se le dedicara en el exterior de la Catedral, pudieron los asistentes asistir a un enjundioso recorrido por las vicisitudes por las que pasó, desde el siglo XVI, el empeño jerezano por ser capital de una diócesis hasta que llegó de la mano de Juan Pablo II.
El pastor asidonense, por su parte, abundó en los textos del recordado y homenajeado Santo Padre para concluir que nos adelantó en las encíclicas un futuro inmediato que ahora se cumple. Mazuelos señaló, con todo, que "la grandeza de Juan Pablo II es que abrió puertas para salir de la cultura de la muerte".
'Redemptor hominis' (lema del episcopado de Monseñor Mazuelos), 'Dives in misericordia', 'Redentoris Mater' o 'Veritatis splendor' fueron, pues, apareciendo en la intervención del obispo diocesano, gran estudioso de todo el magisterio de Juan Pablo II, para constituir el mejor homenaje de quien progresa ya camino de su beatificación.