lunes, 30 de enero de 2012

LA CONFER CONVOCA UNA VIGILIA DE ORACIÓN, UNA EUCARISTÍA Y UN CURSO CON MOTIVO DEL DÍA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA

Tendrán lugar respectivamente el viernes día 3 de febrero en la iglesia de las Esclavas, el domingo 5 en la Santa Iglesia Catedral y del 10 al 12 en la Casa de la Iglesia

El próximo jueves día 2 de febrero, fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, se celebra el Día Mundial de la Vida Consagrada, que también en Asidonia-Jerez invita a prestar atención a la realidad de los religiosos y religiosas entregados a los distintos carismas presentes en nuestra Iglesia diocesana.

Con tal motivo, se ha convocado una vigilia de oración que, en la iglesia de las Esclavas (plaza de Las Angustias), tendrá lugar a las 22 horas del próximo viernes día 3 de febrero. Está organizada de modo conjunto por el área de pastoral juvenil y vocacional de la Confederación de Religiosos (CONFER) y la comunidad de Religiosas Esclavas.

De otro lado, ha sido también convocada una celebración diocesana de esta jornada mundial de la Vida Consagrada que tendrá lugar por medio de la Eucaristía que, en la Catedral a las 18 horas, oficiará el domingo 5 de febrero, monseñor José Mazuelos Pérez, obispo de Asidonia-Jerez.

Están convocados todos los religiosos y religiosas de la Diócesis así como los sacerdotes y fieles que deseen asistir y contará con la participación musical del Coro Rábeta, proveniente de las Religiosas Salesianas de Rota.

Un tercer elemento a tener en cuenta con motivo de esta celebración es un curso sobre ‘La misión de la Vida Consagrada en la transmisión de la fe’ que será dirigido por el religioso claretiano padre José Cristo Rey García Paredes los días 10 al 12 de febrero. Tendrá lugar en el auditorio Juan Pablo II, de la Casa de la Iglesia.

La celebración del Día de la Vida Consagrada fue establecida en 1997 por iniciativa del Beato Juan Pablo II y subraya, como recuerda el franciscano José Antonio Naranjo, actual presidente de la Confederación de Religiosos (CONFER) diocesana, que se trata de “un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad”.