El pasado viernes 3 de marzo
del corriente, se celebró una boda civil en el Salón Regio del Excmo.
Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, siendo realizada ante un Concejal de
la Corporación Municipal disfrazado de sacerdote y actuando como miembro de dicha
corporación, llevando colgada en su pecho la medalla distintiva que le
acreditaba como tal.
Ante este desgraciado acto, la Diócesis de Asidonia-Jerez,
juntamente con la Comunidad de ciudadanos católicos que residen en El Puerto de
Santa María, queremos manifestar nuestro malestar y nuestra tristeza por el
hecho de que las dependencias públicas del
Excmo. Ayuntamiento de El Puerto de Santa María hayan sido escenario de
esta representación cómica y ridiculizante de la fe católica y de la institución
matrimonial.
En esta ocasión la Iglesia reitera su apuesta por la
libertad de expresión, la tolerancia, la libertad religiosa y de conciencia de
los ciudadanos, la aconfesionalidad y una sana laicidad del Estado, pero
siempre dentro del marco del respeto a todas las sensibilidades y cuidando en
todo momento la elegancia de formas con las personas e instituciones.
Aprovechamos para recordar que la democracia está
cimentada en el acatamiento de los Derechos Fundamentales y que son los
representantes públicos los primeros que tienen que defender el respeto a la
dignidad de todos y cumplir con los principios constitucionales.
Que la presencia de los católicos en El Puerto de Santa
María sea un válido ejemplo de aquel
espíritu positivo de laicidad que permite promover una convivencia civil
constructiva, fundada en el respeto recíproco y en el diálogo leal, valores de
los que un país tiene siempre necesidad.