El sacerdote Gabriel Delgado Álvarez ofrecerá, el 17 de enero en la Casa de la Iglesia, la conferencia ‘La inmigración, una realidad social sin vuelta atrás’, que organizan Cáritas Diocesana y la Delegación de Pastoral Social.
Jerez, 9 de Enero de 2013.- La Delegación Diocesana de Pastoral Social y la Cáritas Diocesana preparan la celebración de la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, que se celebrará la Iglesia el próximo 20 de enero en su 99ª edición. Para ello han convocado una conferencia que, con el título ‘La inmigración, una realidad social sin vuelta atrás’, tendrá lugar el próximo jueves 17 de enero, a las 19:00 horas, en el Auditorio Juan Pablo II de la Casa de la Iglesia.
La iniciativa que hizo nacer esta jornada se debe a Benedicto XV, cuyo inicio de pontificado, en 1914, coincidió con el estallido de la I Guerra Mundial. Los desastres de la guerra traen consigo, entre otras lacras, el desplazamiento forzado de las poblaciones. Aquel papa, en el que se inspiró el actual Santo Padre adoptando su mismo nombre, se desvivió por atender a las víctimas llegando a nombrar en Italia un obispo dedicado a atender a los prófugos.
Son todavía muchos los conflictos que generan migraciones y desplazamientos forzados, incluidos los flujos de población por causas económicas. El hambre y las situaciones de vida infrahumana empujan sobre todo a los jóvenes a afrontar el riesgo de forjarse una vida mejor fuera de sus fronteras.
Cáritas ya alertaba hace unos días en un comunicado que “ser migrante hoy supone un factor de especial vulnerabilidad para millones de personas. En España, las últimas medidas legislativas limitan el acceso de los inmigrantes a los derechos fundamentales; concretamente, la exclusión del sistema sanitario de las personas migrantes en situación irregular como consecuencia del Real Decreto Ley 16/2012 de 20 de abril”.
“Se trata de una medida injustificada, que supone un sufrimiento añadido a un colectivo especialmente vulnerable y muy presente en la acción diaria de Cáritas. No olvidemos que el incremento de la irregularidad sobrevenida por la falta de empleo y la dificultad en la renovación de autorizaciones o de acceso al arraigo hace que el colectivo de personas en esta situación crezca cada día”, señalan desde el brazo samaritano de la Iglesia.