Un año más, Cáritas
Diocesana de Asidonia-Jerez ha presentado la Campaña de Personas Sin Hogar que,
en esta ocasión, lleva el lema '¿Y tú qué dices? Di Basta. Nadie Sin Hogar'
Jerez, 22 de noviembre 2018.
En la presentación de esta
campaña anual han estado presentes Francisco Domouso, director de Cáritas
Diocesana de Asidonia-Jerez, Silvia Pérez, coordinadora del Programa de
Personas Sin Hogar de Cáritas Diocesana y Tomás Bermúdez, participante del
Centro de Día “El Salvador”.
Francisco Domouso ha comenzado su intervención
haciendo hincapié en que “para Cáritas, el colectivo de personas sin hogar es
prioritario y, de hecho, el 10% del presupuesto de las diez Cáritas andaluzas se
dedica a este colectivo”. También ha destacado que “en una sociedad del bien
común en retroceso donde a estas personas se les expulsa, debemos cuestionarnos
qué sociedad queremos” y haciendo alusión al lema de la campaña ha insistido en
la necesidad de decir basta a “las situaciones de constante vulneración de
derechos, a la falta de un parque de viviendas públicas dignas y la
invisibilidad como grupo”.
Haciendo referencia a cifras, Domouso ha
destacado que “esta realidad se está consolidando en Europa ya que hay once
millones de hogares que carecen de condiciones adecuadas” y en España, “hay 33.275
personas en situación de sin hogar según el censo de 2017 y de ellas, las
Cáritas andaluzas atendemos a 6.000 personas”.
En este punto de su intervención, ha querido
incidir en que “uno de los graves problemas que afectan al conjunto de la
ciudadanía y especialmente a las personas en exclusión es la falta de vivienda
pública para el alquiler social a lo que tenemos que añadir las dificultades
para que personas en exclusión puedan alquilar”. Asimismo, ha destacado que “en
esta ciudad, hay una lista de espera impresionante para alquilar o acceder a una
vivienda y si no hay vivienda, lo que hay que luchar es por conseguirla y no
seguir frustrando a los ciudadanos”. Por último, en cuanto al presupuesto destinado ha explicado que “se ha recortado un 75% en los últimos 8
años y existen casi 3,5 millones de viviendas vacías”.
En cuanto al Centro de Día “El Salvador” de
Cáritas Diocesana, se atendió durante el pasado año, de una forma continuada e
integral, a 70 personas. En relación al perfil, más del 77% son hombres y el
37% tienen edades de 18 a 25 años y el 28% de 46 a 59 años. En su mayoría, con
estudios primarios (43%) y han pasado entre uno y dos años sin domicilio fijo. En
relación al mantenimiento económico de este recurso ha incidido en que “el 30%
son recursos propios y el restante son públicos, pero debemos tener en cuenta
que, de ese restante, el 80% provienen de la cruz que los contribuyentes marcan
en la declaración de la Renta”. En este punto, un año más ha vuelto a insistir
en que “la Junta está en retroceso en sus presupuestos en todo lo referente a
atención social”.
A continuación, Silvia Pérez ha afirmado que
“nuestra sociedad tiende a expulsar y alejar a estas personas, llegándoles a
considerar parte del mobiliario urbano”. En su experiencia como coordinadora,
ha destacado que “aquello que genera más sufrimiento en las personas es la
falta de respuestas a sus necesidades y a sus sueños, lo que hace necesarias respuestas
fundamentadas en el ejercicio de sus derechos, evitando los parches”. Ante
ello, ha puesto sobre la mesa algunas propuestas para acabar con el
sinhogarismo, tales como “la necesidad de políticas públicas de vivienda, una
mirada de derechos que evite culpabilizar a este colectivo y sobre todo, es
necesario poner el acento en el acompañamiento para crear procesos de inclusión
que pongan a la persona en el centro”.
Finalmente, Tomás Bermúdez ha explicado su
experiencia personal, afirmando que “esta sociedad está dividida por una fina
línea. Yo crucé esa línea y sin darme cuenta me dejé atrapar” a lo que ha
añadido que “levanté un muro a mi alrededor y no dejaba entrar a nadie,
viviendo una vida falsa, mentirosa y engañosa”. Sin embargo, Tomás ha
transmitido su historia esperanzadora ya que “actualmente sé que, como persona,
tengo derecho a un techo y trabajo para no depender de ayudas y tener una vida
digna, ya que siento que me quedan años de felicidad y de poder recuperar el
amor y a los seres queridos”. En cuanto a su paso por Centro de Día, donde
lleva un año, ha afirmado que “ahora sé que no estoy solo, me siento apoyado al
conocer a esta gran familia”.