Con motivo del día 1 de
mayo, Cáritas Diocesana de Asidonia- Jerez junto a las demás entidades
promotoras de la iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente” reclaman situar a
la persona en el centro de la vida política y económica, conciliar vida laboral
y familiar, y fortalecer el acceso a los derechos.
Jerez, 27 de abril de 2018. Con motivo del día 1 de Mayo, Día
Internacional de los trabajadores, Cáritas Diocesana junto a las demás
entidades promotoras de la iniciativa «Iglesia por el Trabajo Decente» (Conferencia
Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC),
Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana
(JOC)) denuncia “el injusto
marco laboral y social actual de nuestro país y la falta de trabajo decente
para todas las personas en nuestra sociedad”. Asimismo, también alerta sobre “cómo el
sistema configura una sociedad donde el trabajo no es un bien para la vida sino
un instrumento al servicio del capital por encima de la persona” y donde “la
deshumanización del trabajo sitúa a la persona en una peligrosa situación de vulnerabilidad
y exclusión social”.
El actual sistema económico se apoya en un mercado laboral
caracterizado por los elevados índices de desempleo (más de 3,7 millones de
parados según la última EPA) y de la
temporalidad, la pobreza de muchos trabajadores, la precariedad de las redes de
protección social (especialmente en lo que se refiere a las coberturas por
desempleo y la cuantía de las pensiones), los bajos salarios, el incremento de
la inseguridad laboral, la reducida representación y participación sindical, y
las dificultades para conciliar vida laboral y familiar. Detrás de este marco laboral y social se
esconden dramáticas historias personales de frustración, inseguridad y
explotación.
De este modo, ante esta realidad de desigualdad y exclusión que afecta
a millones de trabajadores y trabajadoras, las entidades que participamos en la
iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente recordamos que “la política económica
debe estar al servicio del trabajo digno. Es imprescindible la colaboración de
todos, especialmente de empresarios, sindicatos y políticos, para generar ese
empleo digno y estable, y contribuir con él al desarrollo de las personas y de
la sociedad. Es una destacada forma de caridad y justicia social (Conferencia
Episcopal Española, Iglesia, servidora de los pobres, 32)”.
Como
señalan los obispos españoles, “la política más eficaz para lograr la
integración y la cohesión social es, ciertamente, la creación de empleo. Pero,
para que el trabajo sirva para realizar a la persona, además de satisfacer sus
necesidades básicas, ha de ser un trabajo digno y estable”.