Hoy ha concluido la XI Semana de la Pobreza y Exclusión y Alberto Ares Mateos, delegado del Sector Social de los Jesuitas en España, ha sido el encargado de poner el broche final a este ciclo con su ponencia "Hacia una teología de las migraciones".
Jerez, 14 de marzo de 2018. Hoy ha llegado a su fin la XI Semana de la Pobreza y Exclusión con el título "¿Y ahora qué? Una valla al final del camino". Francisco Domouso, director de Cáritas Diocesana, ha presentado al ponente de la tarde Alberto Ares Mateos, delegado del Sector Social de los Jesuitas en España.
Para comenzar, desde la perspectiva de la Teología de las migraciones, Ares ha planteado varios interrogantes que ha resumido en "cinco grandes encrucijadas" que permiten analizar la realidad de las migraciones en el contexto actual: la de la identidad, la dignidad, la justicia, la hospitalidad y la integralidad. Y así, ha explicado que "el emigrante, el refugiado, la persona que huye de la pobreza o de la guerra, nos desafía con las preguntas ¿Quién es mi familia? ¿Cómo nos ha creado Dios? ¿Cuándo te vimos forastero y te acogimos? ¿Con quién comparte su mesa Jesús?" y ha añadido que "el propio Papa Francisco, hijo de una familia migrante, nos interpela a cuestionarnos éstas y otras preguntas desde la realidad migratoria actual".
En relación a la dignidad, ha explicado que "como cristianos nos reconocemos miembros de una misma comunidad universal en la que no tienen cabida el racismo, la xenofobia o la opresión ante ninguna persona" y, en cuanto a la hospitalidad, ha afirmado que "en un mundo que en ocasiones se presenta roto y resquebrajado, el cristiano es llamado a tender puentes saltando los límites de lo legal-ilegal, de lo puro-impuro, y de la inclusión-exclusión" ya que "la hospitalidad tiene un gran pilar en la celebración y Jesús invita a su mesa a aquellos a los que la sociedad rechaza o demoniza".
Asimismo, también ha querido incidir en la integralidad como aspecto unido a la migración, afirmando que "es necesario poner en el centro a las personas, a la creación, a Dios y no a intereses económicos o de políticos" ya que "necesitamos caminar hacia un desarrollo sostenible e integral, que devuelva la dignidad a las personas y al medio ambiente y que nos haga recordar que somos una sola familia" ha añadido.
Por último, ha terminado su ponencia destacando que "quizás necesitemos, además de campañas mediáticas y acciones de incidencia política en favor de las personas migrantes más vulnerables, una mirada que, desde la identidad, la dignidad, la justicia, la hospitalidad y la integralidad impregne la vida ordinaria de la Iglesia, nuestros corazones y los de nuestras comunidades, y sobre todo que nos conmueva y nos impulse a la acción".