Los Presidentes de las Cáritas Parroquiales del ARCIPRESTAZGO RURAL de la Diócesis de Asidonia-Jerez, compuesto por las siguientes Cáritas Parroquiales: C.P de San Andrés (Los Albarizones, Lomopardo, El Portal, La Corta); C.P. de San Enrique y Santa Teresa de Guadalcacín; C.P. de Ntra. Sra. del Rosario (Nueva Jarilla, Torremelgarejo, Gibalbín y Barriada de la Inmaculada); C.P. de San Miguel de Estella (Estella del Marqués); C.P. de San Isidro de El Torno (El Torno, San Isidro del Guadalete, Cuartillos); C.P. de Nuestra Señora de la Victoria (La Ina, Rajamancera, Las Pachecas, La Greduela, el Mojo, Gallardo, las Quinientas...), C.P. de San Juan Bautista de Torrecera, C.P. de San Isidro de La Barca (La Barca de la Florida, José Antonio, Magallanes, La Guareña, Mesas del Corral) y el Director de CARITAS DIOCESANA DE ASIDONIA JEREZ,
DENUNCIAMOS
Ante la realidad sufrida en todo el término rural del municipio de Jerez de la Frontera, debido a la falta de Trabajadora Social como consecuencia del ERE municipal, en el que se incluyeron a cinco técnicos medios de los Servicios Sociales, dos de los cuales eran Trabajadoras Sociales, no se ha cubierto la plaza de la trabajadora social de referencia y que causo baja.
Por dicho motivo, hemos dejado de tener un servicio adecuado hacia las familias con necesidades primarias o de cualquier otra índole. También se ha dejado de llevar a cabo el buen entendimiento que existía entre los Servicios Sociales y cada Caritas Parroquial, así como con la Trabajadora Social de Cáritas de este Arciprestazgo.
Actualmente se cubren los servicios con trabajadoras sociales que desempeñan su trabajo en otras zonas, en detrimento de los vecinos donde ellas están destinadas y de los nuestros propios, puesto que es casi imposible trabajar en las condiciones que ellas lo hacen. El seguimiento de calidad de los usuarios brilla por su ausencia. No por la falta de profesionalidad de quien lo lleva a cabo, que de hecho hacen un buen trabajo hasta donde pueden abarcar, sino por las vacantes que están sin cubrir, que ya de hecho siguen siendo insuficientes para toda esta zona.
Resaltar que las bajas por maternidad o enfermedad de estas personas tampoco están siendo cubiertas, con la cual la situación es mucho más recalcitrante.
Hemos intentado salvar esta situación, desde el trabajo de la técnica de Cáritas en colaboración con las posibles contrataciones que se van a realizar a través de los Planes de Empleo que van a entrar en vigor, pero el rigor de la norma y la limitación de que esos contratos puedan solapar las necesidades reales de la plantilla municipal, hacen inviable este ofrecimiento, realizado desde la actitud de servicio y subsidiariedad que nos caracteriza.
La esperanza que tenemos en la solución que puede aportar los presupuestos municipales, en los que se incluye dentro del capítulo 1 la contratación de cinco trabajadores sociales, cada vez está siendo más cuestionada.
Por todo ello, reclamamos la dotación de una Trabajadora Social que preste permanentemente y de forma continuada, una especial atención a una zona cada vez más marginada en lo social por parte del Ayuntamiento y en la que las obligaciones de los ciudadanos están siendo paliadas en parte por la atención que reciben en las distintas Cáritas.
Por todo ello lo denunciamos públicamente.