Monseñor Juan del Río nombra al seglar José María Collantes Orellana que asume la organización de estas visitas de acuerdo con párrocos y rectores
El Administrador Apostólico de la Diócesis de Asidonia-Jerez, al Arzobispo Juan del Río Martín, ha nombrado un Delegado Episcopal para los Templos Históricos de Jerez con el fin de "dar a conocer estos tesoros y ser capaces de transformar en catequesis viva cuanto está presente en ellos", como se recoge en el decreto firmado por el pastor diocesano.
Para ello ha designado al seglar José María Collantes Orellana que, a partir de ahora, tiene por delante los siguientes objetivos:
1. Determinar que templos serían los adecuados para este proyecto cultural y contactar con los párrocos o rectores responsables para acordar los horarios y las condiciones de apertura al público.
2. Estudiar el coste de apertura de estos templos (guías, vigilancia, medidas de seguridad etc).
3. Organizar junto al Instituto de Ciencias Religiosas un curso para formar a guías voluntarios que pudieran explicar nuestros tesoros.
4. Buscar financiación pública y privada para llevar adelante este proyecto.
El Delegado Episcopal desarrollará sus funciones en estrecha coordinación con el Ecónomo Diocesano y el Delegado Diocesano para el Patrimonio y Relaciones Institucionales y es figura que se crea con la esperanza de que, de su mano, la Iglesia prestará un nuevo e importante servicio a la sociedad.
El Administrador Apostólico de la Diócesis de Asidonia-Jerez, al Arzobispo Juan del Río Martín, ha nombrado un Delegado Episcopal para los Templos Históricos de Jerez con el fin de "dar a conocer estos tesoros y ser capaces de transformar en catequesis viva cuanto está presente en ellos", como se recoge en el decreto firmado por el pastor diocesano.
Para ello ha designado al seglar José María Collantes Orellana que, a partir de ahora, tiene por delante los siguientes objetivos:
1. Determinar que templos serían los adecuados para este proyecto cultural y contactar con los párrocos o rectores responsables para acordar los horarios y las condiciones de apertura al público.
2. Estudiar el coste de apertura de estos templos (guías, vigilancia, medidas de seguridad etc).
3. Organizar junto al Instituto de Ciencias Religiosas un curso para formar a guías voluntarios que pudieran explicar nuestros tesoros.
4. Buscar financiación pública y privada para llevar adelante este proyecto.
El Delegado Episcopal desarrollará sus funciones en estrecha coordinación con el Ecónomo Diocesano y el Delegado Diocesano para el Patrimonio y Relaciones Institucionales y es figura que se crea con la esperanza de que, de su mano, la Iglesia prestará un nuevo e importante servicio a la sociedad.
