martes, 4 de noviembre de 2008

MONSEÑOR DEL RÍO PROPONE INCORPORAR LOS EJEMPLOS DE SAN BENITO Y SAN FRANCISCO DE ASÍS AL ACTUAL DEBATE ECOLÓGICO

El Arzobispo Castrense y Administrador Apostólico de Asidonia-Jerez intervino anoche en el Foro de Debate Humanismo y Ciencia, de la Pastoral Universitaria


Monseñor Juan del Río Martín, Arzobispo Castrense de España y Administrador Apostólico de Asidonia-Jerez, pronunció anoche la ponencia previa al debate mensual que, en el Foro de Debate Humanismo y Ciencia, organiza la Delegación Diocesana de Pastoral Universitaria y de la Cultura. Se celebró, como viene ocurriendo en este recién comenzado curso, en el salón de actos de la Delegación de Promoción de la Ciudad, en la Avenida Álvaro Domecq, con el título 'El desafío ecológico: el agotamiento de la Aldea Global'.

Aprovechando el actual debate sobre el cambio climático, Del Río se acercó al pensamiento que, al respecto de la relación del hombre con la Creación de Dios de la que forma parte, surge del seno de la Iglesia. De este modo recordó a Benedicto XVI y acudió a sendos ejemplos percursores de las que hoy se tienen por virtudes ecológicas: el concepto de calidad de vida (San Benito de Nursia y la vida monástica por él alentada en el siglo V) y de integración sostenible en la Naturaleza (San Francisco de Asís en el siglo XII). "Supieron entender el mundo como creación desencantada, no como mito, que es el tema de fondo de hoy en día", expuso.

Así, concluyó, antes del debate posterior, resumiendo que "en el seno de la crisis ecológica se está incubando la convicción de que hay exigencias universales de orden éticos que tienen que ser respetadas". Y añadió que "una moral ecológica es una moral de solidaridad de la especie" recordando que "los bienes de la tierra son propiedad común de todos sus habitantes; como son limitados y cada vez más escasos hay que administrarlos con criterios de justicia, no sólo sincrónica (entre los contemporáneos de una misma generación) sino diacrónica (con solidaridad para con las generaciones venideras)".

También dijo que "vuelve a tomarse en consideración la idea de que la especie humana se juega el destino en el ámbito de lo subjetivo, de la interioridad, de la libertad personal y no en la desnuda objetividad técnico-ciéntifica", en la que Del Río apuntó que se anclan los análisis más prodigados en la actualidad. "Una ciencia sin conciencia es una ciencia desalmada", sentenció el Arzobispo sin olvidar que no es tanto "sustituir una industrialización salvaje por otra más blanda sino sustituir el egoísmo personal y colectivo por el altruismo, la codicia por el desprendimiento, la hostilidad entre clases y naciones por una fraternidad efectiva y no retórica".