El obispo de Asidonia-Jerez ha presidido, esta noche en la Iglesia Catedral de San Salvador, la celebración de la Eucaristía del Miércoles de Ceniza
El signo de la imposición de la ceniza ha llegado esta noche, a los fieles que han comenzado la Cuaresma acudiendo a la Santa Iglesia Catedral, de la mano de Monseñor José Mazuelos Pérez. El obispo de Asidonia-Jerez ha oficiado esta celebración de la Eucaristía llevando a su homilía el mensaje del Papa Benedicto XVI para este año: "Tenemos que buscar el amor de Dios, viviendo la justicia: primero con Dios, también con uno mismo y con los demás".
El pastor diocesano ha recordado que la Cuaresma "es un tiempo estupendo para evangelizar a un mundo ensoberbecido en el materialismo" así como que reafirma "por un lado, la certeza de que la carrera hacia el cielo es imparable" y "por otro, la confianza de que, con la gracia del Espíritu Santo, vislumbramos el final y mediante el encuentro con Cristo Resucitado, ya podemos ir degustando aquí lo que Él mismo nos promete en plenitud".
"En este tiempo la Iglesia nos invita a hacer realidad esa identidad de ser ciudadanos del cielo", subrayó Monseñor Mazuelos recordando con el Santo Padre que "la conversión requiere como primer requisito tener conciencia de pecado". Convertirse "es reconocer que Dios existe, ya que sin Dios no es posible pecar. Sin Dios al pecado se le llama error y éste no necesita perdón, sino corrección; o bien se le llama inmadurez y ante esto la solución es educar; o bien se le llama debilidad y esto se soluciona con una simple ayuda".
La homilía procuró animar a los fieles "a no tener miedo de dejaros seducir por Dios" y finalizó insistiendo en que "recorramos los caminos que indica la Iglesia: del ayuno y de la abstinencia, de la limosna y de la oración" aunque "no como un legalismo, sino como caminos que nos edifican en nuestro itinerario de vida y de fe".
El signo de la imposición de la ceniza ha llegado esta noche, a los fieles que han comenzado la Cuaresma acudiendo a la Santa Iglesia Catedral, de la mano de Monseñor José Mazuelos Pérez. El obispo de Asidonia-Jerez ha oficiado esta celebración de la Eucaristía llevando a su homilía el mensaje del Papa Benedicto XVI para este año: "Tenemos que buscar el amor de Dios, viviendo la justicia: primero con Dios, también con uno mismo y con los demás".
El pastor diocesano ha recordado que la Cuaresma "es un tiempo estupendo para evangelizar a un mundo ensoberbecido en el materialismo" así como que reafirma "por un lado, la certeza de que la carrera hacia el cielo es imparable" y "por otro, la confianza de que, con la gracia del Espíritu Santo, vislumbramos el final y mediante el encuentro con Cristo Resucitado, ya podemos ir degustando aquí lo que Él mismo nos promete en plenitud".
"En este tiempo la Iglesia nos invita a hacer realidad esa identidad de ser ciudadanos del cielo", subrayó Monseñor Mazuelos recordando con el Santo Padre que "la conversión requiere como primer requisito tener conciencia de pecado". Convertirse "es reconocer que Dios existe, ya que sin Dios no es posible pecar. Sin Dios al pecado se le llama error y éste no necesita perdón, sino corrección; o bien se le llama inmadurez y ante esto la solución es educar; o bien se le llama debilidad y esto se soluciona con una simple ayuda".
La homilía procuró animar a los fieles "a no tener miedo de dejaros seducir por Dios" y finalizó insistiendo en que "recorramos los caminos que indica la Iglesia: del ayuno y de la abstinencia, de la limosna y de la oración" aunque "no como un legalismo, sino como caminos que nos edifican en nuestro itinerario de vida y de fe".