Cáritas
Diocesana de Asidonia-Jerez presenta el Estudio de vivienda de la barriada San
Juan de Dios con el fin de visibilizar la realidad de infravivienda existente
en este barrio jerezano y plantear propuestas de mejora y cambio a las
Administraciones competentes.
Jerez,
5 de abril de 2018.
Hoy han presentado dicho informe Francisco Domouso, director de Cáritas
Diocesana de Asidonia-Jerez, Raúl Flores, del Equipo de Estudios de Cáritas
Española y de la Fundación FOESSA y Pepe Reyes, miembro del equipo de la
Cáritas parroquial de San Juan de Dios.
Este estudio es el resultado del análisis de la
situación residencial de seis
bloques
de sesenta viviendas cada uno y, sobre el total de 360 viviendas que componen
la barriada San Juan de Dios, se han realizado 111 cuestionarios. Dicho estudio
ha sido realizado por un equipo de Cáritas parroquial de San Juan de Dios junto
a Cáritas Diocesana y el apoyo de Cáritas Española.
Francisco Domouso ha intervenido explicando que
"tenemos la obligación y la necesidad de hacer visible muchas de las
realidades como estas en las que se observa la dejadez de la sociedad en
general y de las administraciones en particular" ya que "no cumplen
con el derecho constitucional de una vivienda digna y adecuada". Asimismo,
ha hecho referencia a los anteriores estudios presentados por Cáritas en la
zona rural y en centro, añadiendo que "nos permiten visibilizar y
denunciar el escaso desarrollo de políticas coherentes y decididas para
eliminar esta situación indigna de habitabilidad residencial".
Cáritas
ha destacado, tras la realización de este estudio y como conclusiones
principales, la inestabilidad de casi la mitad de sus habitantes debido al
régimen de tenencia de la vivienda, así como la inexistencia de
condiciones óptimas de habitabilidad en un tercio de los hogares, debido a
numerosas deficiencias arquitectónicas y la inadecuación de una cuarta parte
de las viviendas a las necesidades y características de las familias.
En cuanto a los resultados, Raúl Flores ha
detallado las conclusiones y antes ha realizado un repaso de la situación en lo
referente a la vivienda. De este modo, ha afirmado que "más de un millón
de hogares se encuentran en situación de inseguridad, mientras que en Andalucia
237.000 están en esta situación". Asimismo, en cuanto a la inadecuacion de
la vivienda ha explicado que "esta problemática afecta a más de 5 millones
de personas y más de 800.000 en Andalucía". Asimismo ha destacado que
"muchas de las personas que viven en este barrio no sienten paz y alivio
al llegar a su hogar, sino todo lo contrario".
En
cuanto a los resultados, en lo referente a las características familiares, se
observa que la mayor parte de las familias, el 44% son nucleares (con
uno o dos hijos), mientras que el 58% viven hacinadas y el 10% de las
familias tienen personas con movilidad reducida, con el agravante de que
las condiciones arquitectónicas no reúnen los requisitos normativos. Por
otro lado, el 48% de las familias están viviendo de forma insegura, ya
que están de ocupas, con cesión en precario o en alquiler irregular.
Otra de las
cuestiones en la que dicho estudio presta especial atención es en lo referente
a las zonas comunes del barrio. El 66% de dichas zonas se
encuentra en mal estado (escaleras, paredes, buzones, barandas y
quitamiedos, bajantes comunes, instalaciones eléctricas...). Por otro lado, el
10% de las viviendas no cuenta con todos los suministros básicos y, en lo
referente a estructura, los techos y paredes se encuentran en regular y mal
estado en un 60% y el 40% de los baños están en esta misma situación.
En
lo referente a la pobreza energética, aunque el 78% de las viviendas utilizan
tanto la luz como el gas, el 29% han sufrido alguna interrupción del
suministro de luz. Asimismo, el 72% de los hogares tiene humedades y
goteras, el 41% tienen parásitos y el 39% sufre problemas en la estructura.
En definitiva, el 11% de las viviendas presenta estado inhabitable,
mientras que el 43% de las familias viven hacinadas.
Ante
esta realidad, desde Cáritas Diocesana se plantea la necesidad de realizar una valoración
en profundidad caso a caso, ya que, teniendo en cuenta lo plural que
resulta ser el barrio, requiere intervenciones diversas, ya que las políticas
individuales y de carácter asistencialista no son suficientes. De
hecho, José Reyes, del equipo de Cáritas parroquial de San Juan de Dios ha
afirmado que "no debemos poner etiquetas al barrio, ni debemos
estigmatizarlo, ya que hay mucha gente que no se quiere ir de aquí,tiene sus
viviendas reformadas, sin embargo, el entorno está muy degradado".
Asimismo, resulta importante promover la participación de las
familias y la creación de espacios de esparcimiento, ocio y tiempo libre
para los residentes. En aquellos casos detectados de viviendas inhabitables, se
plantea la concesión de ayudas económicas municipales o la realización de
arreglos por parte de las Áreas municipales competentes para ello:
Infraestructuras, Patrimonio o Emuvijesa. Para llevar a cabo las medidas más a
medio plazo, se considera fundamental la puesta en marcha de una mesa de
trabajo para iniciar un proceso de intervención comunitaria que mejore la
calidad de vida de las familias que residen en el barrio.