Monseñor Mazuelos les ha mostrado informe que demuestra, en base a datos de la Delegación Diocesana de Patrimonio y la información de los monjes cartujos que llevaron a cabo el traslado y restauración, que no se trata del mismo retablo
Jerez, 4 de noviembre de 2016.- Monseñor José Mazuelos ha recibido a primera hora de esta tarde a representantes de la plataforma que viene mostrando inquietud ante la cesión a la parroquia de la Encarnación de Setenil de un retablo presente en estos momentos en la Cartuja. De este modo responde el obispo de Asidonia-Jerez a la petición de quienes, desde su interés cultural y científico, han podido así conocer detalles que, en este tenor, contempla el Obispado para preparar este posible traslado a expensas aún de la autorización por parte de la Junta de Andalucía.
Jerez, 4 de noviembre de 2016.- Monseñor José Mazuelos ha recibido a primera hora de esta tarde a representantes de la plataforma que viene mostrando inquietud ante la cesión a la parroquia de la Encarnación de Setenil de un retablo presente en estos momentos en la Cartuja. De este modo responde el obispo de Asidonia-Jerez a la petición de quienes, desde su interés cultural y científico, han podido así conocer detalles que, en este tenor, contempla el Obispado para preparar este posible traslado a expensas aún de la autorización por parte de la Junta de Andalucía.
La Delegación Diocesana de Patrimonio ha estudiado los documentos de los que dispone al respecto, recogiendo asimismo la información de los monjes cartujos que llevaron a cabo el traslado y la restauración del retablo ubicado en la sala capitular de la Cartuja. A luz de ello se ha explicado a los reunidos con el pastor que el primitivo retablo de la sacristía de la Cartuja era diferente al que nos ocupa. Dicho retablo según dicen los inventarios desamortizadores era dorado y blanco, con una imagen de la Piedad de menor tamaño que la de Esteve Bonet.
En un principio se pensaba que el retablo de San José del Valle se correspondía con dicho retablo y para ello se argumentaba el testimonio de los papeles de los Padres Salesianos cuando fue instalado allí. Sin embargo, cuando es de nuevo trasladado a la Cartuja se vio que tenía medidas diferentes que les hacía imposible haber estado en la sacristía. No sólo las medidas, sino que, cuando se llevó a cabo su restauración por parte de los cartujos, se observó que el blanco del retablo que nos ocupa, no era realmente blanco, sino plateado, pues existen restos de pan de plata. Ante el coste de recuperar lo plateado se dejó con la pintura blanca excepto en la hornacina central. Por tanto con estos datos podemos afirmar que no se corresponde el retablo actual de la sala capitular con el original de la sacristía.
Sobre la restauración del retablo actual, descubrimos que cuando estuvo colocado en San José del Valle, le fue amputada la crestería o acabado superior de las tres calles del mismo. Al volver a la cartuja teniendo en casa un monje ebanista restauraron el retablo confeccionando de nuevo la coronación. No solo la crestería se hizo nueva, sino muchas otras partes del retablo tuvieron que ser talladas de nuevo, pues el comején (carcoma) había destruido muchas partes del mismo.
Por otra parte hay que considerar la información de Mariano Pescador, que en su librito sobre las capillas y oratorios de la comarca, habla de un retablo muy semejante al nuestro, que procedía de la casa de los PP Jesuitas de la ciudad. Fue la existencia de una imagen de San Bruno en dicho retablo lo que llevó a confundir a algunos historiadores y los llevó a identificarlo como el antiguo retablo de la sacristía de la Cartuja. Sin embargo, no era de extrañar que la imagen de San Bruno estuviese en un retablo jesuítico conociendo la unión afectiva y efectiva entre cartujos y jesuitas. Es más la presencia de San Bruno era algo muy de esperar en una residencia jesuítica ubicada en una ciudad con una Cartuja extramuros.
Monseñor Mazuelos les ha mostrado todos estos detalles desde un llamamiento al diálogo directo y al planteamiento del asunto en cuestión desde su valoración como causa erudita y digna de rigor científico y no de generación de opinión desinformada.