Unos de los objetivos principales de
Manos Unidas desde su fundación es la lucha contra el hambre y la pobreza; así
nació, con esta idea: tratar de disminuir el hambre en el mundo. Sesenta años
después continúa desarrollando su labor para ayudar a mitigar esta hambre que
más de 800 millones de personas pasan en el mundo.
En la campaña que desarrollamos este año
seguimos manteniendo nuestro compromiso de siempre; basado en el derecho de que
toda persona tenga lo necesario para vivir con dignidad. Nuestro enfoque
siempre se funda en los derechos fundamentales de la persona, y el concepto de
solidaridad que nos ilumina la Doctrina Social de la Iglesia.
Este año nuestro mensaje es de “plantar
cara al hambre y sembrar”; nuestra campaña se orienta en SEMBRAR, en
llenar nuestra sociedad de corazones compasivos y misericordiosos para poder
conseguir frutos en abundancia. Se trata de meter esta semilla en el centro del
corazón de toda persona; sabiendo que hay muchas que mueren de hambre, mientras
otras viven en la abundancia; los datos demuestran que hay bastante comida que
se tira a los contenedores. El Papa Francisco nos recuerda que: “toda comida
que se tira a la basura se la estamos robando a los pobres”. Como también
denominaba San Juan Pablo II: “la paradoja de la abundancia”.
Estamos en un mundo que flota en el mar
de la indiferencia, en una tierra que clama el daño que le provocamos a causa
del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella.
Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, mientras
miramos a otro lado sin saber que hay muchas personas que mueren de hambre y
muchas otras que carecen de lo necesario para poder realizarse con dignidad.
Manos Unidas necesita el apoyo de todos,
a su vez denuncia la gran diferencia
económica y el descarte que invade nuestra forma de vivir y de actuar: “aquí
tenemos un superdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo
inaceptable con situaciones persistentes de miseria deshumanizadora, que no
permite a los más pobres acceder de manera regular a los recursos más básicos”.
(Laudato si)
Esperamos
vuestro apoyo y vuestra respuesta generosa pensando que: “solamente se
puede recoger aquello que antes se ha sembrado, pero no sembremos entre piedras, sino en tierra fértil, que al
final ésta dará frutos en abundancia”.
Domingo Gutiérrez Rodríguez
Presidente Delegado de Manos Unidas