El terreno cedido será empleado por Cáritas para seguir con la puesta en marcha de proyectos de agricultura ecológica que buscan la integración de personas en exclusión y en riesgo de exclusión sociolaboral.
8 de octubre de 2014.- El Director de Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez, Francisco Domouso y el Presidente de Madre Coraje, Antonio Gómez, firmaron hoy martes 7 de octubre a las 10.30 horas en la sede central de Madre Coraje (C/ Méndez Núñez, 2. 11401. Jerez de la Frontera) un convenio de colaboración mediante el cual Madre Coraje cede a Cáritas 4.000 metros cuadrados de sus Huertos Solidarios. Las parcelas cedidas serán destinadas a fines sociales: principalmente a la integración de personas en exclusión y en riesgo de exclusión socio laboral, teniendo como principal objetivo fomentar la agricultura ecológica, a través de los huertos para la inserción sociolaboral de Cáritas.
Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez destinará estos terrenos a seguir adelante con proyectos de cultivo de tierras con el fin de lograr la integración de personas en procesos de exclusión, así como abrirles las puertas del mercado laboral, a través de la formación. De hecho, las personas que formarán parte de estos proyectos están actualmente en cursos formativos de este ámbito. “15 familias trabajarán en estos 4.000 metros cuadrados con el fin de tener una vida más digna basada en la autonomía de su trabajo, en ser autosuficientes”, explicó Domouso. También desde Cáritas se ha hecho un llamamiento a todas aquellas personas que “tengan huertos o terrenos sin utilizar a los que puedan dárseles este fin social”.
Recordamos que Madre Coraje construyó en terrenos cedidos por Fundación Ebro Food, ubicados en los aledaños de su futura nueva sede, un huerto solidario cuyos productos recolectados son donados a entidades sociales de la provincia de Cádiz. Amantes de la agricultura trabajan sus parcelas de forma voluntaria a la vez que colaboran con sectores de la población que viven una situación difícil y son atendidas por entidades sociales de la provincia. Al menos el 70% de lo recolectado por estas personas voluntarias va destinado a estas entidades mientras que el 30% restante, como máximo, es para consumo particular, y sin ningún fin lucrativo, de quien trabaja dicha parcela.
Por su parte, Gómez destacó “la importancia de las sinergias entre colectivos sociales evitando trabajar como ‘cazadores furtivos’ ya que así conseguimos mejorar la eficiencia y la eficacia”.