Ayer se celebró la Vigilia “Enlázate por la Justicia” organizada en nuestra Diócesis por Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez, Manos Unidas y CONFER. A través de esta Vigilia, estas organizaciones católicas de cooperación, demandaron políticas en defensa de las personas y comunidades empobrecidas.
8 de mayo de 2014.- Ayer tuvo lugar la celebración de la Vigilia “Enlázate por la Justicia” en la Iglesia de la Santísima Trinidad, en Jerez. Fueron muchas las personas que participaron en este acto de oración que, en nuestra Diócesis convocaron Cáritas, Manos Unidas y CONFER.
8 de mayo de 2014.- Ayer tuvo lugar la celebración de la Vigilia “Enlázate por la Justicia” en la Iglesia de la Santísima Trinidad, en Jerez. Fueron muchas las personas que participaron en este acto de oración que, en nuestra Diócesis convocaron Cáritas, Manos Unidas y CONFER.
En dicho acto de oración y reflexión estuvo presente Monseñor José Mazuelos, obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, así como representantes de las organizaciones que pusieron en marcha la iniciativa y todos los que quisieron participar en esta vigilia.
El objetivo central de este acto fue mostrar a la sociedad y a la comunidad cristiana la realidad de lo que ocurre en el mundo, y pedir a los poderes públicos que apuesten por la transformación de esta situación a nivel mundial y por el cambio de un modelo económico injusto que actualmente crea desigualdades, vulneración de derechos y situaciones de pobreza y exclusión en muchos países.
Lo hicimos a través de la Palabra de Dios, con la lectura de varios pasajes del Evangelio y un fragmento de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco. También contamos con testimonios de personas que forman parte de dichas organizaciones que quisieron contar, desde su experiencia, cómo viven la realidad actual, con el fin de transmitir con sus palabras la esperanza de seguir hacia adelante.
En este acto también se leyó un manifiesto (que adjuntamos) en el que las organizaciones pidieron a los poderes públicos que no abandonen a su suerte a las personas y comunidades que más sufren en el mundo, que cumplan los compromisos adquiridos en cooperación internacional y que lideren la aplicación de políticas en defensa de los derechos humanos y la solidaridad. Como reza el manifiesto, “no somos tan diferentes ni estamos tan lejos unos de otros, nuestros rostros reflejan la diversidad del mundo y la misma ilusión por vivir, idéntica esperanza en el futuro y una sólida firmeza para luchar por nuestra dignidad y la de nuestras familias”.