La Hermandad del Perdón estrena, en el marco de la conmemoración fundacional, una publicación diseñada por Manuel Salado con orfebrería de Alberto González que anoche fue presentada en la Eucaristía oficiada por Juan Carlos Durán
Jerez, 17 de noviembre de 2013.- La Hermandad del Perdón tiene ya libro de difuntos. Se trata de una obra encuadernada en piel de color negro en cuya portada destaca una cartela presidida por las tres cruces sobre monte de marfil con la leyenda 'Hoy estarás conmigo en el Paraíso'. El interior dispone de bellos grabados y anotados ya los nombres de los fallecidos durante los cincuenta años que se cumplen ahora.
Jerez, 17 de noviembre de 2013.- La Hermandad del Perdón tiene ya libro de difuntos. Se trata de una obra encuadernada en piel de color negro en cuya portada destaca una cartela presidida por las tres cruces sobre monte de marfil con la leyenda 'Hoy estarás conmigo en el Paraíso'. El interior dispone de bellos grabados y anotados ya los nombres de los fallecidos durante los cincuenta años que se cumplen ahora.
Se trata de una obra diseñada por Manuel Salado Argudo que cuenta con orfebrería de Alberto González, ambos hermanos de la cofradía. Fue bendecido al ofertorio de la anual misa por los hermanos fallecidos que tuvo lugar anoche en la ermita de Guía presidida por el sacerdote Juan Carlos Durán, responsable del Hogar San Juan. A partir del próximo año, será incorporado al cortejo cada Domingo de Ramos.
La muerte, “un llamador feo”
Fueron mucho los hermanos que se dieron cita en la ermita de Guía para rememorar a sus difuntos y para verificar la belleza de este libro en el que reposan sus nombres. El predicador señaló que “el tiempo pasa pero, más allá del temor y el desconsuelo, le quitamos esa malicia para ver que la vida está por encima del tiempo; por eso somos capaces de orar confiados y sabiendo que ha sido vencida la muerte”.
“La muerte no es más que un llamador feo, puede sonar mal pero lo importante no es cómo suena sino que a partir de ahí comienza un caminar majestuoso con Cristo y con María”, dijo Juan Carlos Durán en la homilía apuntando que “nuestra vida tiene que llamar a las puertas de la eternidad y eso lo tenemos que hacer aunque no tengamos ganas, y tenemos que hacerlo sin miedos ni prisas”.