Mañana, 17 de octubre, es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Manos Unidas, cuyo fin es la lucha contra el hambre y las causas
que la provocan, se une este día al empeño común de convertir la pobreza en
historia, y el hambre en un recuerdo del pasado, y manifiesta algunas
preocupaciones y sugerencias.
Seguimos con preocupación los
informes que constatan que todavía 1.300 millones de personas siguen viviendo
en situación de pobreza extrema en todo el mundo y casi 850 millones pasan
hambre, mientras las desigualdades dentro y fuera de los países continúan aumentando.
Por otra parte, la cooperación
española lleva cuatro años sufriendo recortes en términos económicos y se
tambalea como política pública de lucha contra la pobreza. El
presupuesto para el año 2013 deja la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en el 0,20% del
PIB, un porcentaje que la sitúa a niveles de 1990 y que nos aleja del objetivo
del 0,7%. Estas cifras suponen el abandono de millones de personas que sufrirán
con mayor violencia las consecuencias del hambre y la pobreza.
Ante este escenario mundial y nacional,
Manos Unidas se une a todas las organizaciones que, desde la campaña Pobreza Cero,
exigen decisiones coherentes con los compromisos asumidos en relación con la
lucha contra la pobreza y la cooperación internacional, y pide al gobierno
español y a los ciudadanos:
- Mantener y reforzar la Cooperación Española como política pública y de Estado, como herramienta eficaz de lucha contra la pobreza y expresión de la solidaridad de la ciudadanía con los más pobres del planeta.
- No renunciar a seguir haciendo camino para llegar a compartir el 0’7% de nuestra riqueza para la lucha contra la pobreza y la desigualdad en el mundo. Somos plenamente conscientes de la grave situación económica que vive el país, pero no nos podemos permitir olvidarnos de quienes sufren pobreza y hambre fuera de nuestras fronteras y con mayor intensidad. Además, nuestra aportación siempre ha de ser proporcional con nuestros recursos.
- La promoción de las personas y la defensa de los derechos humanos, así como los valores de la solidaridad y la justicia, han de presidir y orientar cualquier política exterior del gobierno español.
- Para construir un mundo más justo y solidario es necesario que las personas prevalezcan sobre los intereses económicos y la política sobre las decisiones económicas. No podemos permitir que sean los mercados financieros los que orienten permanentemente nuestras decisiones.
- Invitamos a todos los ciudadanos españoles a vivir de manera coherente con el objetivo de luchar contra el hambre y la pobreza en el mundo. Esto implica en primer lugar vivir desde valores irrenunciables, como la solidaridad y la justicia. Y asumir hábitos de vida y de consumo coherentes con el momento actual y con la preocupación por un mundo económicamente viable, socialmente justo y ambientalmente sostenible.