Unas 70 personas se espera que participen en este encuentro, desde las 10,00 horas en el colegio La Salle-Buen Pastor, de aquellos ordenados casados que, recuperando el papel de las diaconías de la Iglesia primitiva con el aliento del Concilio Vaticano II, se ocupan de ciertos menesteres litúrgicos y pastorales.
Diáconos permanentes de las diócesis de Sevilla, Málaga, Cádiz-Ceuta, Huelva, Almería y Asidonia-Jerez se reunirán mañana sábado, día 17 de marzo, en el que será el tercero de los encuentros regionales que mantienen de modo periódico. La reunión tendrá lugar, desde las 10,00 horas, en el salón de actos del colegio La Salle-Buen Pastor, de Jerez.
El programa previsto contempla una ponencia del sacerdote diocesano José Palomas Agout, quien expondrá el tema ‘El diaconado y el matrimonio, una nueva forma de ser en la Iglesia’. Tras ello, tendrá lugar una mesa redonda en la que esposas de diáconos presentarán sus respectivas experiencias de vida conyugal dedicada a esta misión de la Iglesia.
Monseñor José Mazuelos Pérez, obispo de Asidonia-Jerez, tiene previsto oficiar la celebración de la Eucaristía que tendrá lugar, en el mismo marco, a las 13,00 horas. Luego habrá un almuerzo compartido y antes de la clausura habrá ocasión para una revisión de este encuentro.
Presente en la Iglesia primitiva, en el Concilio Vaticano II se restableció nuevamente el diaconado permanente. Es el que puede ser conferido a hombres casados. El diácono permanente debe ser considerado hombre «probo» por la comunidad, caritativo, respetuoso, misericordioso y servicial.
Es determinación del obispo exigir que sea casado, y en este caso, la esposa deberá autorizar por medio escrito al obispo la aceptación para la ordenación del esposo (requisito indispensable). Un diácono casado que pierde a su esposa no puede volver a contraer matrimonio, pero si puede optar a ser presbítero.
Son 90 los diáconos permanentes existentes en Andalucía. De ellos, 17 están al servicio en la diócesis de Jerez. Son funciones suyas la proclamación del Evangelio, predicar y asistir al altar, administrar el Bautismo, presidir el sacramento del Matrimonio, llevar el Viático aunque sin poder administrar la Unción de Enfermos y otras.