El obispo de San Sebastián y responsable del Departamento de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Española ha clausurado la XXII Semana de la Familia
Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, obispo de San Sebastián y responsable del Departamento de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Española, ha pronunciado hoy la cuarta y última de las conferencias de la XXII Semana de Teología que la Diócesis de Asidonia-Jerez ha desarrollado, en el Auditorio Juan Pablo II, durante estos días.
“La situación actual no invita a dividir entre evangelización para jóvenes y para adultos, las dificultades que encuentran en la sociedad no son tan diferentes”, ha dicho el ponente quien, llamado para exponer las ‘Claves para la Nueva Evangelización tras la JMJ’, ha concluido que “el modelo de juventud eterna que promueve la sociedad actual es ridículo”.
Munilla ha acudido la idea de Benedicto XVI sobre los jóvenes. Y ha señalado que “el papa trata a los jóvenes, en cuanto a contenidos, como si fueran adultos; no les da papilla”, ha añadido parafraseando a Platón como hizo el Santo Padre en El Escorial con los profesores universitarios: “Busca la verdad mientras eres joven porque si no se te escapará”.
Desde esa visión, el conferenciante ha abordado las líneas pastorales que la JMJ deja sobre la mesa para un trabajo de futuro que abandone la idea de “una juventud que no pretenda ser camino sino meta”. Y, con todo, insistió en que, en la Nueva Evangelización, “más importante que el lenguaje y los métodos es el nuevo ardor”.
“El mayor enemigo que tenemos para la Nueva Evangelización es la secularización interna”, recordó Munilla apuntando, especialmente a los sacerdotes y al respecto de cómo abordar este trabajo pastoral, que “más vale un enamorado de Cristo que sea tartamudo que alguien que haya estudiado técnicas de comunicación para saber dirigirse a los fieles”.
El ponente invitó a no tener “ni complejos ni vanidad, sino desprendimiento de nosotros mismos”, ha mencionado que “no poseemos la verdad sino que la verdad nos posee” y, en ese terreno, ha valorado “la hermosa timidez” de Benedicto XVI, quien “sin saber ni como pone las manos cuando comparece” está dando profundidad a su mensaje.
Tampoco faltó el consejo de que las agendas de los pastores dejen el mayor hueco posible a los encuentros personales. “El acompañamiento personal es como el que enciende las luces largas para ver mucho mejor mientras conduce”, dijo muy gráficamente dejando bien alumbrado en Asidonia-Jerez este tiempo post-JMJ alguien tan cercano a su celebración.