Durante este mes, Caritas está trabajando y potenciando una campaña en favor de las «Personas sin Hogar». Dicha campaña tiene un doble objetivo: por un lado, sensibilizar a todos ante el drama de personas severamente excluidas de nuestra sociedad, que no tienen acceso a una vivienda, ni a un trabajo, ni a formarse, ni cuidar de su salud o enfrentar adicciones. Por otro, alertar de que el progreso social no ha hecho disminuir el número de los “sin techos”, sino que se ha incrementado e incluso ha originado una mayor vulnerabilidad a los ancianos, los niños y los inmigrantes.
Este domingo 28 de Noviembre, en el que los católicos comenzamos el «Adviento», Caritas desea intensificar su campaña, celebrando la jornada del Día de los Sin Techo bajo el lema: «Nadie sin derechos, nadie sin hogar.»
Gracias a Dios nuestra Iglesia camina a la luz del Señor y son muchos los católicos que trabajan por los sin techos. Mi gratitud a todos los religiosos y religiosas que hacen posibles los comedores, los asilos, los orfanatos y los albergues. Mi gratitud a todos los que colaboráis con vuestro trabajo y dinero para que esos centros puedan funcionar. Mi apoyo a todo el voluntariado de los equipos parroquiales, técnicos de Caritas y entidades colaboradoras que lucháis por los sin techos.
Sin embargo, no podemos descuidarnos y conformarnos con lo que hacemos, pues el adviento nos llama a seguir el camino de la conversión y a disponernos a acoger al «Señor que viene». Es tiempo de oración y de espera vigilante, siempre dispuestos a entregar nuestra vida y trabajo por los demás.
Cristo nos exhorta a velar y a ser fieles. Nos pide que lo sigamos. Nos pide adherirnos y colaborar con Él. No puede ser discípulo de Cristo aquel que se queda inmóvil y petrificado mirando hacia otro lado. Por tanto, hermanos, abramos nuestro corazón a todas las personas, especialmente a las que, en tiempo de crisis económica, atraviesan dificultades para impedir así que engorden las filas de los sin techo, dispongámonos a acogerlos, porque a través de ellos Jesús viene a visitarnos. Al mismo tiempo, trabajemos para que todas las personas que hoy viven sin hogar puedan salir de esa pobreza extrema. Pidamos a los gobiernos que sean sensibles a esta lacra social y pongan todos los medios para acabar con el “sinhogarismo” en España. En definitiva, sigamos demostrando, con nuestro compromiso caritativo y nuestro trabajo solidario, que el Reino que nos ha traído Jesucristo, es un reino que alcanza a todos.
Que la Santísima Virgen de Belén, que supo lo que es vivir sin techo, nos ayude y nos aliente en el tarea de hacer realidad la desaparición de los sin techos.
Este domingo 28 de Noviembre, en el que los católicos comenzamos el «Adviento», Caritas desea intensificar su campaña, celebrando la jornada del Día de los Sin Techo bajo el lema: «Nadie sin derechos, nadie sin hogar.»
Gracias a Dios nuestra Iglesia camina a la luz del Señor y son muchos los católicos que trabajan por los sin techos. Mi gratitud a todos los religiosos y religiosas que hacen posibles los comedores, los asilos, los orfanatos y los albergues. Mi gratitud a todos los que colaboráis con vuestro trabajo y dinero para que esos centros puedan funcionar. Mi apoyo a todo el voluntariado de los equipos parroquiales, técnicos de Caritas y entidades colaboradoras que lucháis por los sin techos.
Sin embargo, no podemos descuidarnos y conformarnos con lo que hacemos, pues el adviento nos llama a seguir el camino de la conversión y a disponernos a acoger al «Señor que viene». Es tiempo de oración y de espera vigilante, siempre dispuestos a entregar nuestra vida y trabajo por los demás.
Cristo nos exhorta a velar y a ser fieles. Nos pide que lo sigamos. Nos pide adherirnos y colaborar con Él. No puede ser discípulo de Cristo aquel que se queda inmóvil y petrificado mirando hacia otro lado. Por tanto, hermanos, abramos nuestro corazón a todas las personas, especialmente a las que, en tiempo de crisis económica, atraviesan dificultades para impedir así que engorden las filas de los sin techo, dispongámonos a acogerlos, porque a través de ellos Jesús viene a visitarnos. Al mismo tiempo, trabajemos para que todas las personas que hoy viven sin hogar puedan salir de esa pobreza extrema. Pidamos a los gobiernos que sean sensibles a esta lacra social y pongan todos los medios para acabar con el “sinhogarismo” en España. En definitiva, sigamos demostrando, con nuestro compromiso caritativo y nuestro trabajo solidario, que el Reino que nos ha traído Jesucristo, es un reino que alcanza a todos.
Que la Santísima Virgen de Belén, que supo lo que es vivir sin techo, nos ayude y nos aliente en el tarea de hacer realidad la desaparición de los sin techos.
+ José Mazuelos Pérez
Obispo de Asidonia-Jerez