domingo, 28 de junio de 2009

UNA PONTIFICAL DE MONSEÑOR MAZUELOS HA ACOGIDO, EN EL PUERTO, LA BENDICIÓN DE UNA IMAGEN DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

La celebración tuvo lugar en acción de gracias por el cincuentenario de la refundación de la Hermandad del Rocío de El Puerto de Santa María

Monseñor José Mazuelos Pérez, obispo de Asidonia-Jerez, ha oficiado a lo largo de esta mañana la solemne pontifical de acción de gracias que pone colofón a todo un año de actos conmemorativos (litúrgicos, caritativos y socio-culturales) con motivo del Cincuentenario de la Refundación de la Muy Antigua y Real Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de El Puerto de Santa María.

Un altar extraordinario instalado en plena Plaza de Alfonso X El Sabio de esta localidad de la Diócesis, junto al Castillo de San Marcos, se ha convertido en presbiterio organizado entre una gran cruz y la imagen de la Virgen del Rocío bendecida durante la celebración y que ocupaba el paso de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona de la sevillana Mairena del Aljarafe.


El pastor diocesano contó en la concelebración, ante el simpecado de la Hermandad del Rocío portuense y los guiones de las restantes rocieras de la provincia y los de las de penitencia y gloria de la localidad, con los sacerdotes Antonio Durán, Luis López-Cuervo, Martín Alexis González Gaspar, Alfonso Gutiérrez, José María de Quevedo y Ángel Pérez del Yelmo.

Ante una multitudinaria asamblea de fieles que atestaban la mencionaba plaza, Monseñor Mazuelos recordó a la importancia de la devoción popular a María Santísima así como que, más allá de la fiesta en que se convierten las manifestaciones rocieras, es preciso continuar haciendo presente la verdadera expresión de la fe de Cristo en brazos de la Virgen.

La imagen bendita este mediodía, fruto de la donación de muchos devotos, fue, tras la celebración de la Eucaristía, el centro de atención de los fieles, que la acompañaron en la procesión de traslado a San Joaquín, parroquia de El Puerto de Santa María en la que tiene sede la Hermandad y donde quedará expuesta a veneración pública.